sábado, 21 de mayo de 2011

Rectificar

Era un 14 de mayo, y una tarde de tormenta me hizo desencantarme conmigo primero, luego contigo y al final con todos. Yo era el primero que me quejaba del conformismo de esta sociedad, pero era el primero que no me manifestaba. Era el primero que me quejaba de ver cómo nos pisaban, cómo nos ninguneaban, pero no hacía nada. Ahora, una semana después formamos parte de una indignación social, una voz unánime y hoy, de una reflexión colectiva.

Rectifico todo lo dicho y os pido perdón por no creer en nosotros.

Porque hoy, por el contrario, alzamos nuestras mano, gritamos en una sola voz. Hoy brilla el Sol y brillan nuestros ojos. No quiero contaros más porque lo estáis viviendo, y no hay mejor crónica que la experiencia que vive uno mismo. 



-

No hay comentarios:

Publicar un comentario