domingo, 15 de mayo de 2011

Copiloto con carné


Acostumbrado a ver el camino y no a recorrerlo, únicamente retengo el punto de partida y el nuevo destino.
Miento; de algún doble stop me acuerdo, y te aseguro que no es casualidad. 
Miro por el retrovisor  y está lleno de gotas de lluvia, me cuesta reconocer lo que acabo de dejar atrás.  Joder, te juro que a veces, y sólo a veces, me gustaría coger a mí el volante y no volver a dejarme llevar, pero….Bueno, ya sabes el porqué.


Paramos en un área de servicio, te bajas del coche y no veo tu rostro, pero sí tu culo. No me resulta familiar. El coche se mueve y cae lentamente; el freno de mano no está puesto. Caigo.


Hasta ahora, todo va bien.

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